Gobierno quiere frenar desplazamientos de pequeños productores; senadores le llevan propuestas a Mujica en marzo.
“No pensamos afectar los títulos de propiedad privada, pero estamos planteando que el Estado se reserve el derecho de expropiación o intervención si están en riesgo los recursos naturales, y no es sólo la tierra sino también lo que está debajo, como el agua o los recursos minerales”, adelantó el senador Jorge Saravia (Espacio 609). La comisión que él integra junto con Ernesto Agazzi (MPP) y Enrique Rubio (Vertiente Artiguista) se reunió de nuevo la semana pasada y en marzo le presentará propuestas al presidente José Mujica, que en octubre le había solicitado iniciativas para frenar la extranjerización y la concentración de la tierra.
Aunque prefieren esperar los resultados del censo agropecuario que se efectuará este año para hacer planteos más concretos, los tres legisladores coinciden en que la disputa mundial por los recursos requiere medidas que garanticen la soberanía nacional, entre ellas la seguridad fronteriza.
“En materia de diagnóstico, tenemos que todos los países latinoamericanos menos Uruguay tienen una franja fronteriza en la que rigen diferentes tipos de controles y prohibiciones para que los extranjeros compren tierra. Brasil tiene una normativa muy dura, ahí son 150 kilómetros de frontera”, dijo Agazzi.
Para Agazzi, que durante el gobierno de Tabaré Vázquez presentó, sin éxito, un proyecto para legislar en esta materia, una cifra adecuada para nuestro país serían 20 kilómetros, que es la zona “que la Policía podría controlar en caso de que alguien entre subrepticiamente ganado”. “Pensamos en establecer un sistema de registro para los movimientos que hagan los establecimientos incluidos en el área y controles sanitarios más exigentes.
“Las zonas fronterizas son consideradas vulnerables y son lugares ideales para contrabandistas y narcotraficantes, por eso precisamos un sistema de cuidados especiales. La aftosa entró dos veces al Uruguay, una por Brasil y otra por el río Uruguay. Hoy somos el país más abierto del continente”, afirmó Agazzi.
El senador del MPP recordó que está vigente una ley de 1942 que establece “zonas de consideración especial”, aunque tenía que ver “con la seguridad tal cual se la entendía en la Segunda Guerra Mundial”, incluyendo zonas como las plantas generadoras de energía eléctrica y las represas hidroeléctricas.
El presidente del INC, Andrés Berterreche, agregó que este programa de estabilidad “viene lento pero muy bien”, y que ha involucrado a familias “que estaban por ser desalojadas y que como productores son muy eficientes”. “Es importante, porque una familia que vende las vacas y que se va ya no vuelve más, y con esto le garantizamos que pueda quedarse. Es una de las políticas que tenemos para evitar la concentración”, dijo Berterreche. Por ejemplo, según comentó, el INC concretó hace dos semanas la compra de un campo de 1.500 hectáreas en Soriano -una de las zonas más ricas del país y donde la presencia de extranjeros es más visible-, que será destinado a la lechería.
“El precio de la tierra subió mucho y eso nos está afectando, porque en el INC contamos con el mismo presupuesto. Si la tierra sube el doble y tenemos la misma plata, vamos a comprar la mitad que en el período pasado, ésa es la realidad. Por eso queremos ser creativos y multiplicarnos en ideas, porque no queremos dejar de comprar”, manifestó Berterreche.
fuente: www.ladiaria.com.uy
Aunque prefieren esperar los resultados del censo agropecuario que se efectuará este año para hacer planteos más concretos, los tres legisladores coinciden en que la disputa mundial por los recursos requiere medidas que garanticen la soberanía nacional, entre ellas la seguridad fronteriza.
“En materia de diagnóstico, tenemos que todos los países latinoamericanos menos Uruguay tienen una franja fronteriza en la que rigen diferentes tipos de controles y prohibiciones para que los extranjeros compren tierra. Brasil tiene una normativa muy dura, ahí son 150 kilómetros de frontera”, dijo Agazzi.
Para Agazzi, que durante el gobierno de Tabaré Vázquez presentó, sin éxito, un proyecto para legislar en esta materia, una cifra adecuada para nuestro país serían 20 kilómetros, que es la zona “que la Policía podría controlar en caso de que alguien entre subrepticiamente ganado”. “Pensamos en establecer un sistema de registro para los movimientos que hagan los establecimientos incluidos en el área y controles sanitarios más exigentes.
“Las zonas fronterizas son consideradas vulnerables y son lugares ideales para contrabandistas y narcotraficantes, por eso precisamos un sistema de cuidados especiales. La aftosa entró dos veces al Uruguay, una por Brasil y otra por el río Uruguay. Hoy somos el país más abierto del continente”, afirmó Agazzi.
El senador del MPP recordó que está vigente una ley de 1942 que establece “zonas de consideración especial”, aunque tenía que ver “con la seguridad tal cual se la entendía en la Segunda Guerra Mundial”, incluyendo zonas como las plantas generadoras de energía eléctrica y las represas hidroeléctricas.
La vía láctea
En paralelo a esta discusión, el gobierno dispuso de un fondo de diez millones de dólares para ejecutar un programa, a través del Instituto Nacional de Colonización (INC) y el Instituto Nacional de la Leche (Inale), que apunta a darles “estabilidad” a los productores lecheros arrendatarios, y que también apunta a frenar la concentración de la tierra. “Si el dueño quiere vender ese predio, el INC compra esa tierra y deja al lechero trabajando allí, frenando transacciones en las que participaban grandes productores o empresas forestales”, explicó Agazzi.El presidente del INC, Andrés Berterreche, agregó que este programa de estabilidad “viene lento pero muy bien”, y que ha involucrado a familias “que estaban por ser desalojadas y que como productores son muy eficientes”. “Es importante, porque una familia que vende las vacas y que se va ya no vuelve más, y con esto le garantizamos que pueda quedarse. Es una de las políticas que tenemos para evitar la concentración”, dijo Berterreche. Por ejemplo, según comentó, el INC concretó hace dos semanas la compra de un campo de 1.500 hectáreas en Soriano -una de las zonas más ricas del país y donde la presencia de extranjeros es más visible-, que será destinado a la lechería.
“El precio de la tierra subió mucho y eso nos está afectando, porque en el INC contamos con el mismo presupuesto. Si la tierra sube el doble y tenemos la misma plata, vamos a comprar la mitad que en el período pasado, ésa es la realidad. Por eso queremos ser creativos y multiplicarnos en ideas, porque no queremos dejar de comprar”, manifestó Berterreche.
fuente: www.ladiaria.com.uy