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miércoles, 3 de octubre de 2012

Presidente Mujica: “no hay choque de civilizaciones, hay choque de intereses”




"Palestina debe tener su bandera" 

 El Presidente Mujica expuso en la III Cumbre de países de América del Sur y Países Árabes (ASPA) que se desarrolló en Lima hasta la tarde de este martes 2. Insistió en la importancia de la unidad continental, ya que “el mundo no tiene piedad con los débiles”, dijo. Además, sostuvo que el verdadero choque no es entre civilizaciones, “sino entre intereses” y abogó por el reconocimiento internacional de Palestina.
Mujica comenzó diciendo: “He escuchado hablar mucho de la primavera árabe. Quiero que sepan lo que pienso: hay una primavera de América del Sur. América del Sur está viviendo una primavera como nunca tuvo”. Hemos aprendido a conjugar las diferencias. Tenemos diferencias, pero de hecho andamos juntos porque hemos aprendido, a fuerza de mucha derrota y mucho dolor, “que nuestras fuerzas se multiplican solo si estamos juntos”.
Y queremos transmitírselo al mundo árabe -que tiene tanta historia y tanta cultura- que los nuevos, nosotros en esta instancia, tenemos diferencias. Tengo frente a mí compañeros de los que me siento orgulloso de tener diferencias. Vengo de la tradición guerrillera y tengo frente a mí a un hombre que viene de una tradición de empresarios, ejemplificó, “pero que siento amigo porque estamos en un mismo barco”.
“En este mundo no hay piedad para los débiles. No debería ser así, pero no hay que ser utópico. Los débiles no tienen otro camino que juntarse”. El mundo se está organizando en grandes bloques continentales. ¿O no vemos que China, la India y Europa son grandes Estados multinacionales? Entonces, ¿qué vamos a hacer nosotros divididos”, como un puñados de repúblicas, cada uno desde su propio rincón? “Para que exista la patria chica debe existir el alero de la patria grande que nos proteja”, sostuvo. Por eso, felicito a Lula que vio que había otros y que era bueno que nos empezáramos a juntar.
¿Choque de civilizaciones o de intereses?
Algunos han dicho que hay choques de civilizaciones. “No hay choques de civilizaciones, hay choques de intereses. No hay que ser caretas: lo que lleva a los choques es el bolsillo, los intereses, no las civilizaciones”, enfatizó.
Nuestro mundo occidental, expansivo, no tan cristiano como parece, ha demostrado una enorme capacidad de influir culturalmente. Es un dato de la globalización de hoy. El peso de occidente es enorme. El peso del mercado está basado en un principio, el del consumo. Es un modelo, pero el valor de la vieja cultura trae otras cosas.
Todos sabemos que la vida no solo es negocio y mercado. Y sabemos que las cosas más hermosas de la vida nada tienen que ver con el mercado. Y si no podemos renunciar a eso tenemos que organizarnos lo mejor posible.
Deuda social y democracia 
En América latina tenemos una enorme deuda social. Hablar de democracia con esa deuda, “es un chiste”, agregó. Por lo tanto, necesitamos desarrollo y crecimiento, para que puedan vivir decentemente aquellos que no tienen acceso a lo mínimo. Eso nos pasa en América Latina, el continente más injusto que hay en la Tierra, el más rico pero que ha repartido peor. Necesitamos una democracia que llegue a los analfabetos, a los olvidados.
Sentimos enormemente este drama de las diferencias, pero nos damos cuenta que esto tiene carácter planetario.
El mundo se está achicando. En América Latina está la mayor concentración de recursos naturales. Sigan viniendo. Vengan. Una característica de los pueblos latinoamericanos es que somos abiertos. No discriminamos. Somos hijos de la aventura y nos hemos mezclado con pueblos indígenas. Finalmente, nuestro corazón está con el pueblo palestino. Hay cuestiones de principio: es hora de que el pueblo palestino tenga su historia, su bandera.
Quiero señalarles que la tolerancia hacia adelante es la forma más fina de inteligencia. La tolerancia es como el olivo. No da frutos a corto plazo. Por eso me congratulo de este encuentro y tengan ustedes el conocimiento cierto de que los Latinoamericanos somos una nación "descoyuntada" que tiene un conjunto de claves comunes. “Los latinoamericanos pertenecemos a una nación que está todavía en construcción, como ustedes”, terminó diciendo el Presidente en Lima.

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