Los participantes del asentamiento 1º de Mayo construyen su propia realidad
El Plan Juntos interviene en 19
asentamientos e incluye a 2.000 hogares, aproximadamente 10.000
ciudadanos en situación de pobreza extrema. Desde el territorio, los
participantes aportan su trabajo para la construcción o refacción de
viviendas, mientras que el Estado proporciona los materiales y los
equipos técnicos. Todos son parte de la organización, las discusiones y
las decisiones.
La cañada
Blanca
Azucena Munilla tiene cinco hijos y hace un año y medio que vive en el
asentamiento 1º de Mayo e integra el Plan Juntos desde principios de
2010.
La
familia vive ahora frente a un camino. Hasta hace unos días solamente
veían una cañada y pajonales. Según cuentan, la situación sirve para que
sueñen que dentro de un tiempo podrán sentarse frente a su casa a tomar
mate y ver pasar los autos por la calle. El paisaje cambió luego de que
la maquinaria hiciera su trabajo.
Cuando
llovía la zona se inundaba. Las ratas y los lagartos eran visitantes
comunes pero al levantarse el terreno se produjo el cambio. Ahora
esperan la conexión de los caños a la red de saneamiento para eliminar
totalmente el pajonal y logra que la construcción del camino siga hasta
la calle Domingo Arena.
La casa
La
familia está compuesta por siete integrantes. Están construyendo tres
habitaciones, además de una cocina, un comedor y un baño. Cada niño
tendrá su dormitorio, su propia cama y sus propios espacios. Para
cumplir ese objetivo se apuran en la construcción. La ansiedad está
presente en los rostros, en los gestos y en las palabras de cambios que
pronuncian con alegría.
La
construcción está aprobada por el arquitecto. La casa será de dos pisos
porque cuando se realice la delimitación de la calle les quitarán
terreno. Cuando hicieron los primeros pozos comenzó a emanar el agua y
por ello construyeron “platea”, con la finalidad de sostener mejor la
vivienda. Ese día más de 40 personas, entre vecinos y voluntarios, se
acercaron a ayudarlos, circunstancia que les causó una gran alegría.
El
ranchito donde ahora viven, pronto será derribado, porque la
construcción de los dormitorios ocupará ese lugar del terreno. La casa
demuestra que están avanzando como familia, situación que les pone
orgullosos. La perspectiva de vida cambió porque ahora no cuidan
solamente a sus hijos, también trabajan en algo que no imaginaron que
iban a poder realizar en sus vidas.
Blanca
se enteró de la realización del Plan Juntos por un vecino, cuando
todavía no estaba aprobado. Después fue a una reunión que se hizo entre
los vecinos de Domingo Arena y Toledo. La familia piensa que el Plan
debería aumentar el número de oficiales de obra contratados para
trabajar en el barrio porque según dicen tres o cuatro es poca gente
para 180 hogares.
Todos
concuerdan en decir que el barrio ya no es como antes porque ellos
mismos lo están modificando y “les pertenece más”. Ahora también pueden
decir, explicar y enseñar a otras personas sobre la realización de
mezclas, bloques, levantar paredes y revoques.
Cuidando a Lourdes
Blanca
también ayuda a Lourdes, vecina de la misma cuadra. Lourdes tiene
cuatro niños y otro en camino. Hace unas horas regresó del hospital
luego de estar internada unos días. Se asombra cuando ve la casa y dice
estar sorprendida porque cuando se fue al hospital la construcción
estaba en cinco hilados, ahora las paredes están altas como para hacer
la planchada.
En
la construcción de la casa de Lourdes trabajan Sandra y Rita. Hacen
mezclas, pegan bloques y ladrillos. Ese tipo de trabajo les gusta y
luego de varios intentos aseguran que les va quedando bien. Reconocen
que cuando llegó el Plan Juntos al barrio no querían participar por las
horas de trabajo que implicaba la construcción, pero el elevado costo de
los materiales pudo más y recapacitaron. Aseguran que si bien están muy
cansadas físicamente porque también tienen que hacer las tareas de la
casa, están aprendiendo y eso les hace bien.
Cambiar la manera de vivir
Rosario
de los Santos tiene 50 años. Ayuda al albañil y esta revocando la pared
de una pieza y un baño que está construyendo en su casa. Su sueño es
salir de la pobreza y cambiar el barrio con la finalidad de conseguir
una mejor manera de vivir. Para Rosario, el cambio social está hecho.
Rosario
trabajó en la construcción del Centro Comunal del barrio, pero ahora no
va más a las reuniones porque está enferma y se le terminó la
paciencia. Antes de internarse pretende culminar la obra de su casa
tranquila y sin molestar a los demás. Espera junto a otros vecinos la
llegada de la UTE porque la utilización de conexión irregular le quemó
todos los electrodomésticos.
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